Una velada astronómica

El pasado sabado, día 10 de noviembre, en pleno cursillo de astronomía, se produjo una salida al observatorio meteorológico y astronómico de Pujalt.
Se trato de una ponencia de observación de “cielo profundo” y uso del telescopio (la parte de practicas del cursillo), en los oscuros y limpios cielos de contaminación de Pujalt.

Observatorio de Pujalt.

La verdad es que había muchas ganas por parte de los “cursillistas” por hacer esta clase práctica de observación, sobre todo por poder observar al espectacular cometa Holmes. Desde la ciudad de Barcelona se podía observar en ocasiones a simple vista, pues imaginaros como seria observarlo en cielos oscuros...

Charla de Joan conill y Ernest Guille en el interior del observatorio de Pujalt.

El cometa Holmes, era hasta hace poco tiempo, “un cometa mas”...con un débil brillo que viajaba por nuestro sistema solar, desde mas allá de las orbita de los planetas exteriores hasta el sol, para rodearlo y volver a los fríos y oscuros limites de nuestro sistema solar.
Pero algo increíble le paso a Holmes, aun no se sabe a ciencia cierta que es lo que provoco al cometa Holmes una gran explosión que hizo que su brillo aumentara miles y miles de veces, siendo visible a simple vista desde la Tierra, se especula que al acercarse al sol y experimentar un aumento considerable de la temperatura de su núcleo, el hielo y demás elementos congelados pasaron a estado gaseoso a causa del calor, se cree que no pudieron salir hacia la superficie del núcleo del cometa provocando un efecto “olla a presión” y como consecuencia resulto una fuerte explosión de la corteza exterior del núcleo del cometa Holmes, expulsando el gas, polvo y rocas (restos de corteza exterior) alrededor del núcleo y a una gran distancia, formando una especie de nube casi circular.

Gente del Periodico y de prensa local siguieron con nosotros la observación del cometa Holmes.

Video con diferentes imágenes de la evolución tras la explosión del cometa Holmes:

Al llegar a Pujalt, se comenzó a montar los telescopios por parte de la gente de Aster, la agrupación astronómica de Barcelona, la gran mayoría de los cursillistas, en los que me incluyo yo, estábamos “armados” con unos prismáticos, imprescindibles para conocer el cielo y poder orientarnos por él. Hizo una noche fantástica, sin nubes y miles de estrellas contemplándonos.


En plena clase de conocer e indentificar las diferentes constelaciones en el firmamento.

Telescopios utilizados para la observación del cometa en Pujalt.

Al mirar hacia constelación de Perseo, muy cerca de Mizar, una de sus estrellas de dicha constelación, allí estaba muy cerquita, el cometa Holmes. Fue increíble obsérvalo con unos simples prismáticos, toda esa preciosa nube de gas y polvo alrededor de su núcleo, producto de la misteriosa explosión.

Mapa estelar para localizar la situacion del cometa Holmes en la constelación de Perseo.

Pero quedaba por observarlo aun mejor, con mas detalles, José Muñoz, presidente de Aster, monto unos prismáticos gigantes, eran como dos telescopios unidos, de fabricación Japonesa garantía de una gran calidad óptica, al apuntar hacia el cometa fuimos pasando uno por uno observando aquella maravilla que de vez en cuando nos regala el universo, se veía enorme, impresionaba esa gran nube, residuo de la onda expansiva en la cual pudimos ver que las luz de las estrellas que estaban detrás del cometa se filtraban a través de la nube del cometa, por lo tanto, no era muy densa. Al poder observarlo con los dos ojos a la vez, la imagen daba una increíble sensación tridimensional.

El cometa Holmes fotografiado desde el observatorio de Pujalt

Como alguien dijo en aquella noche...
“Parecía ser... como una blanca medusa flotando en el inmenso océano cósmico.”